Vivir humanamente consiste en vivir con otros o contra otros hombres, pero entre humanos, hablando con ellos, es decir, realizar cualquier actividad con los semejantes. La ética no se ocupa de actos inherentes a los aspectos biológicos y físicos del hombre (comida, abrigo, seguridad, etc.), lo que a la ética le interesa, lo que constituye su especialidad, es como vivir bien la vida humana, la vida que transcurre entre humanos, si uno no sabe vivir la vida biológica, se pierde la vida, pero no menos importante; el que no tiene idea de la ética, lo que pierde o malgasta es lo humano de su vida.
La ética habla de cómo vivir bien entre humanos. Sin embargo hay criterios distintos acerca de lo aceptable y lo inaceptable. Lo cierto es que lo conveniente es aquello sin lo cual se vive, mas no humanamente. Incluso quien comete cualquier fechoría sigue siendo humano pues cuenta con la posibilidad de transformarse. Una característica del ser humano es la imitación, por lo que el ejemplo que se le da a los semejantes es básico. Muchos malos lo son porque son desgraciados, están solos, temerosos y son ignorantes. Lo más valioso que obtenemos de nuestros semejantes es la posibilidad de tener la complicidad y afecto de más seres libres, es la forma en que la propia humanidad se refuerza. La libertad no sirve a nada ni nadie, se contagia.
domingo, 26 de agosto de 2007
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